por Germán Warszatska
Arrancamos el año con mucho entusiasmo juntándonos en espacios compartidos por amigues y a partir de marzo definimos como punto de encuentro fijo el Estudio Metejón de Boedo.
El viernes 13 de ese mes, sin saberlo, fue nuestra última juntada presencial. A la semana siguiente ya se aproximaba el decreto oficial del ASPO y decidimos entre todes suspender hasta que hubiera novedades más alentadoras. Aquella pausa duró tan sólo una semana porque el colectivo puso en marcha un operativo virtual de encuentros a distancia.
Desde ese entonces, les modeles pasamos a ser nosotres. Cada viernes un integrante distinto se ofrecía y compartía cuatro fotos suyas al resto del grupo. Entre cada foto compartida había una duración de 20 minutos para sostener en forma pareja el tiempo estipulado de nuestro horario habitual de 20 a 22hs. En ese sentido le dimos la vuelta entera al grupo retratándonos, cada une desde su casa.
La actividad con modalidad virtual sigue vigente hasta que se descomprima el alto nivel de contagios y abierta a quienes quieran sumarse. Algunes optan por mantenerse en contacto sólo vía Whats app y otres se conectan a la par con un zoom mientras dibujamos. Como siempre, cada cual hace como se siente cada día con total libertad, nada es obligatorio en el colectivo.
A principios de julio tuvimos el honor de que el grupo Las Martas nos enviara un set de fotos para retratarlas y en agosto trabajamos con fotos del Teatro San Martín gracias a la ocurrencia de la compañera Pao. Otra vuelta también trabajamos con fotos de esculturas del MNBA tomadas por la compañera Jesi. A esta altura encontramos temáticas alternativas para reinventarnos cada viernes.
Y así la vamos llevando en nuestro planeta Lo Marte. El dibujo como observación de la figura humana es la brújula fundamental que orienta al colectivo. El dibujo es lo imprescindible, aquello que nos amalgama y no podemos dejar de hacer ni aunque una pandemia paralice al mundo.