Por Santiago Erausquin para la Muestra colectiva Público-Privado en la Casona de los Olivera.
“El Sol Inti, el antiguo padre del continente, preside todo lo que vive sobre la tierra, en el agua, en el aire y en la conciencia de los hombres. Que la ley de unidad que representa y junta a estas piedras sea también nuestra regla y que nos junte para vivir en la armonía”
Joaquín Torres García, 1929.
Dibujar un cuerpo desnudo es un gusto que los humanos nos damos desde que tenemos una particular conciencia de quienes somos. Con distintos matices lo han hecho los cavernícolas y los académicos, los griegos en sus vasijas y los pasajeros en los gabinetes de algún baño de terminal. Todas las culturas dejaron registro de ese otro parecido en todo a uno que se desnudó.
En otras lenguas un desnudo no significa necesariamente estar sin ropa, sino que implica una postura, una elección asumida por alguien destinada a un observador para que, si quiere, dibuje, pinte o saque una foto. Así el desnudo se constituye como un género que dignifica al cuerpo, que lo materializa con líneas, manchas y colores en diversos soportes y evidencia, ante todo, que por un momento alguien se detuvo a disfrutar de la piel como si se tratase de un paisaje especial, suficiente, necesario, trascendental y único. Nunca el mismo modelo fue visto de la misma manera ni siquiera por el mismo creador.
El conjunto de obras reunidas en esta pared ratifica todo lo que el desnudo en la tradición ya dijo de mil maneras distintas pero con la noble intención de aportar algo más. El grupo Los martes (que por cierto actualmente se reúne los lunes en la sede de un partido político popular en Montserrat) pone un énfasis muy particular en el modo en que se despliega el desnudo como actividad creadora. Casi como una excusa, el tema cede a cuestiones estrictamente grupales, donde la horizontalidad, la solidaridad, el respeto y el afecto se muestran indispensables. Para que se entienda: no solo la tinta de un plumín o la negrura de una carbonilla fluye en estas piezas anunciando quién es quién en este colectivo. En estos trabajos circula algo más potente que en estos tiempos es una brújula para quien quiera atender a su ser social: se trata del valor que tiene un grupo cuando, para lograr equis cosa, llega a otra mucho mejor por transformarse conscientemente, en un equipo. Las partes conforman un todo desbordante de posibilidades maravillosas. Tal vez como esas piedras de las que hablaba Torres García cuando construyó, hace mucho tiempo, un mural indestructible.
Video realizado por Jésica Henri